Torre inclinada de Pisa Hechos rápidos

Aunque no es una de las Siete Maravillas originales, la inclinación imposible, el tamaño y el estilo románico de la Torre Inclinada le han valido un estatus honorífico en muchas listas de "maravillas" modernas, como maravilla medieval que desafió las normas arquitectónicas.

Pisa significa "tierra pantanosa" y, fiel a su nombre, la torre se construyó sobre suelo arcilloso blando con cimientos poco profundos. Esta mala planificación es exactamente lo que provocó su famosa inclinación cuando sólo se había terminado la segunda planta.

A pesar de su fama, la Torre Inclinada es sólo una parte de un gran complejo religioso. Sirve de campanario a la catedral de Pisa, junto con el Baptisterio y el Camposanto, formando la emblemática Piazza dei Miracoli.

No se trata sólo de la torre: otros edificios de la plaza también se están hundiendo. Ni siquiera el cementerio, construido con tierra sagrada de Jerusalén, ha escapado a los efectos del suelo inestable de Pisa.

Entre confusiones de ingeniería y guerras en las que se vio envuelta la República de Pisa, la construcción de la torre se prolongó desde 1173 hasta 1372. Los constructores detuvieron el progreso varias veces, inseguros de cómo proceder a medida que empeoraba la inclinación.

Durante la construcción, el centro de gravedad de la torre se desplazó. Tras inclinarse hacia el norte durante el tercer piso, los pisos posteriores la hicieron retroceder hacia el sur, su inclinación actual. No sólo se inclina; una vez se inclinó dos veces.

El ingeniero John Burland, que ayudó a salvar la torre, admitió en una ocasión que la mecánica del suelo era su asignatura más débil. A pesar de ello, sus métodos -como la extracción de tierra- consiguieron estabilizar la torre en 2001, haciéndola segura durante siglos.

En 1934, Mussolini, avergonzado por la inclinación, ordenó a los ingenieros que agujerearan la base e inyectaran hormigón para enderezarla. Irónicamente, el esfuerzo sólo aumentó la inclinación, haciéndola peor que antes.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados alemanes utilizaron la Torre Inclinada como vigía. Cuando las tropas aliadas lo descubrieron, quedaron tan impresionadas por su belleza que la salvaron de la destrucción, un acto que puede haber salvado la torre para siempre.

El arreglo no es para siempre. Si no se toca, la Torre Inclinada podría empezar a inclinarse de nuevo en el siglo XXIII. Por ahora, está a salvo, pero las generaciones futuras podrían necesitar otra misión de rescate.

¡El suelo de Pisa es tan blando que otras torres también se inclinan! Los campanarios de San Nicola y San Michele dei Scalzi presentan inclinaciones visibles, lo que convierte a Pisa en la capital oficiosa de la arquitectura involuntaria.

La torre alberga siete campanas, cada una afinada con una nota musical. Pero está prohibido balancearlas a la antigua, pues los expertos temen que las vibraciones empeoren la inclinación. Hoy en día, suenan electrónicamente por seguridad.